Los errores ocurren todo el tiempo. Entonces, ¿por qué son tan horribles?
Tanto si eres nuevo en el trabajo como si ya llevas una década de carrera, los errores pueden ocurrir y ocurrirán. Como dice el refrán, no se trata de cuántas veces te derriban, sino de cuántas veces te levantas.
Así que si acabas de cometer tu primer error en el trabajo e intentas averiguar qué hacer, aquí tienes nuestra guía para recuperarte sin que te caiga un huevo en la cara.
Errores comunes en el trabajo
No todos los errores son iguales (por lo general, un desarrollador web puede cometer errores diferentes a los de un diseñador UX/UI, ya que trabajan en cosas diferentes), pero a menudo se reducen a las mismas causas fundamentales.
Puede que incluso reconozcas los tuyos en esta lista:
Mala comunicación: malinterpretar instrucciones, no hacer un seguimiento, no aclarar dudas
Problemas de gestión del tiempo: incumplir plazos, comprometerse en exceso con las tareas.
Falta de atención a los detalles: no revisar el trabajo, pasar por alto información.
Errores de priorización: trabajar en tareas menos importantes, no dejar tiempo para las importantes, subestimar el tiempo necesario para completar una tarea.
Uso ineficaz de la tecnología: no hacer copias de seguridad de archivos importantes, mala organización de los activos digitales.
Falta de colaboración: no solicitar la opinión de las partes interesadas, trabajar en compartimentos estancos.
Errores de liderazgo: no delegar o delegar demasiado, perder de vista el panorama general, ser inflexible.
Acabas de cometer tu primer error. ¿Y ahora qué?
Acaba de llegar el paquete. Lo abres a toda prisa, ansioso por ver las preciosas tazas y botellas de agua con el logotipo de la empresa para los nuevos empleados. Y entonces te das cuenta de que se te ha olvidado enviar a la imprenta el nuevo logotipo y el color del cambio de marca. Hay 500 regalos, no queda nada en el presupuesto para arreglarlo y tienes que contarle el error a tu jefe. A punto de desmayarte, sudas profusamente y se te va la lengua. ¿Qué hacer?
En la máquina de café, le cuentas tu historia a tu compañero desarrollador. Te cuenta que ha cometido un error de código que ha roto la infraestructura JavaScript de uno de tus clientes, que aún no se ha dado cuenta, y que no sabe cómo arreglar su error.
Ambos os dais cuenta de que los errores (incluso los que tienen consecuencias graves) pueden ocurrirle a cualquiera. De verdad, a cualquiera. Lo relativizáis diciéndoos que al menos no trabajáis en una UCI o en una central nuclear. Aunque vuestros errores parezcan de vida o muerte en el momento... probablemente no lo sean.
Dar un paso atrás y mantener la calma es el primer paso para afrontar un error, por grande o pequeño que sea. Respira hondo y pon tu cerebro en modo solución. ¿Qué puedes hacer para solucionar el problema? Si reconoces tu error y propones una solución al mismo tiempo, tu jefe no debería reprochártelo durante mucho tiempo.
Ganar perspectiva: Dimensionar correctamente el problema
El primer paso para resolver un problema, incluso si es usted quien lo causa, es comprender su magnitud. ¿Se trata de una pequeña metedura de pata vergonzosa pero que puede solucionarse? ¿O se trata del peor de los casos?
Si se trata de un pequeño error, probablemente puedas confesarlo a las personas más cercanas al trabajo afectado sin mucho estrés. Atribúyalo a un error humano, ¡a todos nos ha pasado! Es imposible que seas el único de tu equipo al que se le ha olvidado responder a un correo electrónico a tiempo o que ha dejado una falta de ortografía en la presentación a un cliente.
Si se trata de un error de tamaño medio, puede que haya que informar a tus superiores. Si se trata de algo que va a requerir recursos para solucionarlo o que va a causar retrasos en proyectos importantes, intenta que no cunda el pánico. Es horrible dar más trabajo a la gente o costar dinero a la empresa, pero todo forma parte del negocio.
Si se trata de un error grave (pero no incluye transgresiones interpersonales graves, como una agresión), la forma en que te comportes y comuniques a partir de ahora va a ser crucial.
Comunicar el problema: qué hacer y qué no hacer
Tu respuesta puede variar, pero sea cual sea el tamaño del problema hay algunas cosas que debes y no debes hacer y que siempre puedes seguir:
✅ Asume tus propios errores. "Asumo la responsabilidad de esto".
❌ Trata de pasar la culpa. "En realidad, todo esto es culpa de Jackie. Si ella no me hubiera pedido ayuda en XYZ habría tenido tiempo suficiente para terminar esto..."
A menudo oirás en las reuniones que "no estamos aquí para señalar a nadie". Y eso es exactamente lo que debes evitar. Pasar la pelota a otro suele ser transparente, y lo único que conseguirás es poner a la gente en tu contra.
Dicho esto, si realmente es otra persona la que ha causado el problema...
✅ Comunica la causa del error de forma respetuosa. "Después de revisar los archivos para entender lo que pasó, veo que el error se cometió cuando yo era OOO y Jackie estaba trabajando en el documento. Creo que deberíamos conocer su punto de vista al respecto".
❌ Aceptar culpas que no mereces. "¿Jackie dijo que fue mi error? Vale, supongo que sí...".
Tienes todo el derecho a defenderte, siempre que lo hagas con la mejor intención. Tu objetivo debe ser encontrar la raíz del problema para asegurarte de que no vuelva a ocurrir, ¡no vengarte o tirar a alguien debajo del autobús!
✅ Habla con las personas adecuadas: "Hola, nombre del director, ¿puedo hablar con usted en privado? Tengo un problema del que necesito hablar con usted".
❌ Habla con la gente equivocada: "Oigan todos en esta Reunión de Todos, ¿adivinen quién derribó el sitio web? Sí, ¡he sido yo!".
Independientemente de dónde trabajes, la política de la oficina siempre está en juego entre bastidores. Puede que te sientas bien anunciando tu error al CEO, pero ¿y si eso mete a tu jefe en un lío? Es importante comunicar siempre las malas noticias a través de los canales adecuados.
¿Por qué es importante no ocultar los errores?
Confesar o no confesar, esa es la cuestión... Este dilema shakesperiano no lo es en absoluto. Como un boomerang, tu pequeña o gran mentira puede volverte a la cara si encubres tu metedura de pata. Vivirás con una espada de Damocles pendiendo sobre tu cabeza, y no quieres eso, ¿verdad? Así que ármate de valor y cuéntaselo todo a tus jefes.
¿Cómo expresarlo de la forma más apropiada?
Explícate con claridad y pide ayuda.
➤ «He cometido un error y me gustaría hablarte de ello para que lo sepas y podamos solucionarlo juntos».
Di que vienes con el problema y con la solución.
➤ «Sé que esto no debería haber pasado, pero te voy a plantear dos formas que se me han ocurrido para solucionarlo».
Resume el error.
➤ «En resumen, yo... ha tenido estas consecuencias... etc.».
Elabora tu discurso de manera concisa pero precisa, proporcionando solo los detalles importantes.
Propón las soluciones en las que has pensado.
Muéstrate humilde y tranquilo, y presta atención a la reacción de tu jefe. Puedes decir que lo sientes o explicar el origen del error, pero no te esfuerces demasiado por limpiar tu nombre o justificarte. Esta postura seguramente hará que tu jefe sienta más empatía.
Una buena empresa te permite cometer errores
Las buenas empresas y los buenos líderes saben que los errores forman parte del proceso. Pero tienen sus límites, y hay que cometer errores de la manera correcta... Aquí tienes tres consejos que te ayudarán a cometer errores con garbo y a sacar el máximo partido de tus errores (para ti y para los demás).
Tómate 5 minutos (o mejor dicho, 4:51) para respirar y ver este magnífico vídeo de TED-ed sobre cómo superar tus errores:
Reconócelo
El estrés de equivocarse puede llevar a cualquiera a ponerse a la defensiva, autojustificarse o incluso ser infiel o agresivo.
Evita estas partes comunes y asume tus errores con la cabeza despejada y serenidad.
Esta actitud madura te convertirá en un profesional mucho más digno de confianza. Tus jefes también se sentirán más tranquilos al ver que asumes tus responsabilidades y mantienes la cabeza fría. Esta será una base mucho mejor para la discusión que mantendrás sobre cómo arreglar lo que hiciste.
¿Sientes miedo al fracaso? Aprende a vencerlo.
No cometas el mismo error dos veces
La clave para cometer errores con éxito es demostrar que se aprende de ellos.
Uno de mis jefes solía decir que podía cometer tantos errores como quisiera, pero nunca de la misma manera. Y tenía razón.
Errar es humano y algunos errores son inevitables. Pero lo importante es entender cómo se produjeron y por qué, para no volver a caer en ellos.
Si tomamos los dos ejemplos citados al principio de este artículo, elaborar una lista de comprobación antes de enviar un briefing a la imprenta garantizará que la próxima vez no se olviden los elementos gráficos. Del mismo modo, el desarrollador puede apoyarse en colegas experimentados para solucionar el fallo en las instalaciones del cliente y crear un equipo que garantice que no vuelva a ocurrir.
Aquí tienes tres consejos de eficacia probada para demostrar que aprendes de tus errores:
Ajusta el proceso que te llevó a cometer un error para asegurarte de no volver a cometerlo.
Fórmate sobre lo que no supiste hacer y te hizo equivocarte.
Comparte las razones del fallo con tus compañeros para evitar que otros se encuentren en la misma desafortunada situación.
Realizar una autoevaluación
De hecho, compartir lo que se ha aprendido cometiendo errores es importante a nivel de empresa. Sirve para varias cosas:
Permite que todo el mundo entienda cómo se produjo el error. ¿Fue el cansancio? ¿Fue un momento de falta de atención? ¿Eran confusos los registros de la empresa?
Que el equipo elabore un plan para que el error no vuelva a repetirse en el futuro.
Hay varias formas de hacerlo:
Simplemente una nota por correo electrónico o en un canal de la red social corporativa (Slack...)
En la documentación interna de la empresa, por ejemplo creando una subpágina de Nociones sobre un proyecto
En una reunión en la que te concedan un pequeño espacio de tiempo para hablar del tema
Dando una miniconferencia delante de los compañeros durante la pausa del almuerzo, si se trata de un error muy grave.
Hablar de tu error a tu equipo o incluso a toda la empresa impresiona la primera vez. Pero son los profesionales con más recorrido los que mejor lo hacen. Por tanto, es una marca indiscutible de madurez profesional.
En pocas palabras
Es una especie de círculo vicioso... Cometemos más errores cuando nos sentimos estresados en el trabajo, pero admitirlos nos somete a mucha presión. Admitir los errores es la mejor solución para que el clima de la oficina favorezca una forma de trabajar más tranquila. Esperamos que estos consejos te ayuden a crecer en tu manejo de los errores, grandes o pequeños.
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Sobre la autora:
Ellie Merryweather, es redactora técnica y responsable de marketing. Escribe sobre la vida de las startups, la diversidad en la tecnología y la educación accesible para la comunidad tecnológica.